Hay una diseñadora, pero no está al centro de esta marca. Novedades también, pero no corresponden a temporadas o colecciones. Cueva, firma emergente en el panorama de la moda mexicana, es “una comunidad de mujeres creativas”. Su oferta está basada en el diseño hecho a mano bajo pedido. Bodysuits, vestidos, tops y prendas upcycled forman parte del catálogo que poco a poco delinea una identidad propia por sus característicos cut-outs y la resistencia a las siluetas estructuradas.

Recién lanzada, en noviembre de 2020, Cueva rechaza la eterna búsqueda de lo nuevo a través de colecciones y temporadas. Pero alguien tuvo que decidir lo que no es esta marca, y esa es Tatiana Cueva, fundadora y directora creativa. En los últimos 12 años ha trabajado en la industria de la moda, desde la producción de ropa en el Garment District en Nueva York hasta el atelier de Proenza Schouler. En México ha fungido como estilista de moda y, más recientemente, emprendió con la creación de esta marca tan valiosa para el movimiento de moda consciente.

¿Y qué es lo que no define a Cueva? Una maquila, una pila de desperdicios o la renovación de su catálogo como reacción a una tendencia.

“Al seguir este modelo, sentimos que podríamos tener más control sobre la producción, eliminar desperdicios y también alinear la visión de Cueva, la cual teine como prioridad proveer un pago justo a todas las mujeres que contribuyen al proyecto”, menciona la diseñadora.

Es simple: Cueva desea acabar con el síndrome del clóset lleno y pocas opciones para vestir. “Como marca, queremos producir conscientemente, es por eso que diseñamos nuestras prendas pensando en la versatilidad. Ponerte un top con jeans para ir a cenar o con leggings; para hacer yoga…. o hasta ponértelo con unos pants para estar en casa durante muchas temporadas”. ¿Están los usuarios listos para asumir esta transformación? El advenimiento de más y nuevas marcas sumándose a este u otros modelos de línea ética es un síntoma mundial que, en ocasiones, es confundido con una tendencia.

La industria de la moda es responsable del 10% de las emisiones globales de carbono y 20% de desperdicio de agua. De acuerdo con una fuente citada por la BBC, la moda absorbe más energía que los sectores de aviación y paquetería combinados.