“El arte hace preguntas, no da respuestas” . Lo dice la galería kurimanzutto en la sección de su sitio web dedicada a Siembra, la muestra que inició en febrero de 2020 “y se extiende hasta donde el estado del tiempo lo permita”. Los diseñadores, en cambio, viven de la especulación sobre el futuro, pariendo novedad tras novedad bajo cuotas de temporadas. ¿Qué pasa con casos como el de Bárbara Sánchez-Kane (Mérida, 1987), híbrido entre artista y diseñadora de moda? El pasado 27 de abril presentó Prêt-à-Patria como parte de esta exhibición, Siembra 21, en el marco de Zona Maco Art Week (del 27 de abril al 2 de mayo de 2021), performance y video de carácter inquisitivo alrededor de la masculinidad en el ejército.

“La obra consiste en un desfile en el que una escolta militar y una banda de guerra marchan con vestuario y utilería bélicas diseñados por la artista”, de acuerdo con el texto de sala. El performance fue registrado en un video que aborda la construcción de la masculinidad dentro del ejército. Las fotografías sobre la obra en acción
—publicadas en las redes sociales de Sánchez-Kane y de kurimanzutto— muestran a *caracterizados como militares, uniformados de verde militar, magnificados al frente con una tuba sobresaliente. Del lado opuesto del cuerpo, dorso, glúteos y piernas están erotizados con lencería roja.

La deconstrucción, siempre presente en las colecciones de Bárbara Sánchez-Kane, ha funcionado como un recurso crítico sobre la construcción de los roles de género. En esta obra en particular se enfoca en la masculinidad jerarquizada dentro del sistema del ejército. De acuerdo con el texto de kurimanzutto sobre la obra: “el título del proyecto hace referencia a la estandarización masiva que ejercen los uniformes militares y al hecho de que el ejército, desde un principio, existe para defender una idea de patria que implica un sistema patriarcal”.

¿La obra de Sánchez-Kane articula una crítica? En un texto publicado por Revista 192, Óscar Benassini tuvo a bien en apuntar lo siguiente sobre la hiperreferencialidad y el absurdo kitsch, incluso barroco, de la creadora: “Es complicado saber, o decir, si lo que hace Sánchez-Kane es un síntoma o una crítica de la actualidad. Por ahora, recordemos al barroco mayor, el cubano afrancesado Severo Sarduy: «Plagio, robo y pillo todo lo que me gusta»”.