La quinta colección de la firma homónima del diseñador Francisco Cancino llega como una reafirmación de la libertad y la memoria como motor de creación.
Esta es la quinta colección de la marca. Sin embargo, a primera vista se percibe quién está detrás de cada creación: Francisco Cancino. Plisados, mangas con volumen, líneas rectas con propósito y un halo artesanal que evade lo cliché. Yuria es una especie de diario atemporal, que sucede en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, en la década de los años 80.
El diseñador sabe muy bien cómo conectar con sus raíces y con memoria, ese recurso infinito que suele conectarse de maneras peculiares con quiénes somos y quiénes seremos. Así, esta entrega conjuga las bases conceptuales de la vestimenta en 1980 y aquellos viajes de Cancino a poblados cercanos de la región cuando era niño, los recuerdos de los artesanos y las artesanas vestidos con motivos locales, con tradiciones más allá del tiempo.
Para Yuria, los recursos locales fueron clave: desde la inspiración, claro, hasta algunos elementos textiles. Es claro que el espíritu creador sin ataduras fue la base: cada prenda se siente lúdica, con cierto dejo de experimentación sin perder de vista la esencia pura de la marca. Yuria nos presenta 41 salidas que van desde el rojo, naranja y amarillos, hasta verde, blanco y gris, sin dejar atrás un serie de neutros como el color crudo, el avena y el avellana.