La alegría, las plumas, los brillos y las siluetas sartoriales regresan en 2022, de acuerdo con TRENDO.
A un siglo de la gloriosa década de los veinte, la vestimenta de las flappers y las transformaciones de la época siguen siendo fuente de inspiración para la moda. Tal vez la nostalgia indica esperanza por el momento que se avecina.
Las décadas de 1920 y 2020 tienen algo más en común que el hecho de ser el tercer decenio de un nuevo siglo. Ambas hablan de un momento de relativa estabilidad entre grandes crisis: empiezan en pandemia, siguen en una gran crisis económica; las respectivas prohibiciones de cada era dan pie a un boom de la vida nocturna, y la latente búsqueda de felicidad nos lleva a encontrar el desenfreno.
Aunque el mundo ha cambiado drásticamente desde entonces, hay algunas tendencias que siguen vivas en la sociedad contemporánea, o simplemente se han reinventado para ella. He aquí algunas formas sutiles en las que las tendencias de los años veinte siguen siendo relevantes 100 años después.
Otro despertar para la androginia
La moda se volvió más cómoda en los años veinte. Las faldas se volvieron más cortas, las siluetas relajadas y las mujeres empezaron a usar pantalones por primera vez. Los diseñadores de la época no tuvieron miedo de dar un toque femenino a prendas que antes se consideraban masculinas.
Las celebridades de la época también hicieron que las mujeres se sintieran más cómodas a la hora de lucir moda masculina. Cuando la estrella británica Dorothy Mackaill lució un esmoquin en la pelicula “La copa de cristal” de 1927, las mujeres de todo el mundo quisieron adoptar su look andrógino.
Hoy en día se está produciendo una tendencia similar. Esta vez, sin embargo, la dirección va en el sentido contrario: en lugar de que las mujeres lleven ropa masculina, vemos que los hombres se sienten más cómodos llevando prendas tradicionalmente “femeninas”. Harry Styles, Jared Letto, Ezra Miller y Lil Nas X son algunas de las celebridades masculinas que no temen a experimentar con la expresión del género a través de la ropa. Una vez más, la androginia está de moda.
Moda deportiva: entonces y ahora
La ropa deportiva como concepto surgió por primera vez en la década de 1920. El repentino interés por las actividades de ocio, como el tenis, el golf, la vela y la natación, hizo que las mujeres necesitaran un nuevo tipo de prendas que les permitieran practicar estas actividades. El uso de pantalones, las faldas plisadas, las chaquetas de punto de estilo preppy y los zapatos Oxford se convirtieron en elementos imprescindibles del vestuario femenino en los años 20. Así, la moda se volvió gradualmente más informal a medida que avanzaba la década. Hoy la tendencia athleisure domina la moda por completo. Muestra de ello son los sweatpants, las sudaderas y los tenis, que se han convertido en prendas básicas del armario de cualquiera.
De vuelta al sastre
Mucho se habló de la salida de la moda formal durante la pandemia. Sin embargo, la cotidianidad de la interminable cuarentena hicieron que el leisurewear sea visto, hoy por hoy, con hartazgo; se vive un momento inminente hacia el regreso del sastre ante la necesidad colectiva de “salir a la vida social” y mostrarnos en la mejor versión posible. Así. la formalidad apunta a ser una tendencia en el 2022.
Con proyección al siguiente año, múltiples diseñadores presentan colecciones que retoman elementos del estilo flapper hablando un lenguaje 100% contemporáneo. Colecciones enteras llenas de brillo, plumas y lentejuelas, que nos invitan a festejar con desenfreno.
Hacia 2030 se auguran grandes retos formales; por lo pronto, la década que todavía comienza se adivina como los últimos años para ser felices y así la viviremos con desenfreno.