Wes Gordon comenzó a escribir su legado en la firma de Carolina Herrera desde hace siete años con una misión única: mantener la historia de la firma vibrante y alegre (así como él y Carolina Herrera perciben la vida). Y a lo largo de diferentes temporadas y colecciones, hemos podido conocer el punto de vista […]
Wes Gordon comenzó a escribir su legado en la firma de Carolina Herrera desde hace siete años con una misión única: mantener la historia de la firma vibrante y alegre (así como él y Carolina Herrera perciben la vida). Y a lo largo de diferentes temporadas y colecciones, hemos podido conocer el punto de vista colorido del diseñador, su experimentación con diferentes materiales y técnicas a través de su constante búsqueda de inspiración y referencias culturales.
Todo este proceso lo ha traído a México, el lugar que lo inspiró a diseñar y exhibir su última colección resort 2025 en colaboración con cuatro artesanas mexicanas que ayudaron a construir los detalles decorativos de diferentes piezas: bordados, joyería artesanal y accesorios de cerámica, exhibidas desde el museo Anahuacalli de Coyoacán.
Nada de esto habría sido posible si no hubiera experimentado Wes Gordon la Ciudad de México a su manera con todos sus encantos que la envuelven y que naturalmente la convierten en una capital interesante, explorando las calles coloridas del Centro del país, recorriendo museos y galerías de arte, comiendo en diferentes lugares populares acompañado de los creativos mexicanos que han ayudado a construir la esencia de lo que México hoy representa en el mundo.
“Estoy muy orgulloso de haber establecido a Herrera como una firma que es sinónimo de color” Wes Gordon para Vogue España.
La inspiración para la paleta de colores de la colección resort fue extraída directamente de las calles de Ciudad de México comenzando por los alrededores del Museo Anahuacalli en donde las juguerías tradicionales desprendían colores vibrantes como el amarillo y el verde limón los cuales pudimos ver en el show con looks de lentejuelas y cristalería bordada.
El muro rosa de Mathias Goeritz ubicado en Miguel Hidalgo también fue parte del moodboard de color que inspiro a desarrollar diferentes looks, siendo el color rosa el tono principal de la colección: visto en diferentes contrastes a través de la invitación en color rosa pastel y en el venue con sus gradas adaptadas en un rosa mexicano vibrante.
Las flores y cactus endémicos de la región también fueron incluidos en las siluetas de diferentes piezas con prints coloridos en tonos rojizos con grandes volúmenes y diferentes niveles de tul. El color azul de la talavera poblana forma parte esencial de los accesorios, siendo incluidos en los aretes y colgantes de las bolsas en materiales como la cerámica.
Los colores de los atardeceres en México se ven reflejados en los colores cálidos que desfilaron en el show, los tonos naranjas que evolucionan del rosa al azul demuestran la transición del día a la noche. Jugando con los accesorios de los vestidos negros en forma de moños azules y naranjas reflejando la noche.